lunes, 23 de noviembre de 2009

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Un nuevo lote de casas rurales se suma a la oferta turística de Lorca


El ambiente no puede ser más distendido y relajante en medio del campo, el ideal para disfrutar de unos días de reposo alejado del bullicio de la ciudad. Estamos en una de las últimas casas rurales que se han incorporado a la Red de Alojamientos Rurales en el Municipio. Situarla en el mapa es difícil ya que se encuentra en pleno corazón de la diputación de Parrilla, zona montañosa con algunos cultivos de secano.
Se trata del cortijo La Solana, con capacidad para seis personas
y casi a un tiro de piedra del paraje en que se encuentra la ermita del Praico, famosa por su romería. Este cortijo está dotado también de un piscina y de agua caliente sanitaria por energía solar.
Junto a La Solana se ha incorporado recientemente a la Red otra casa rural, la denominada Río Luchena por su proximidad al mismo, en la diputación de La Tova, que dispone de seis plazas de alojamiento y como la anterior cuenta con una serie de servicios que contribuyen a hacer más agradable su estancia a los usuarios.
Con el fin de mostrar el apoyo institucional a las iniciativas empresariales que contribuyen a dinamizar la economía de las pedanías, el alcalde, Francisco Jódar, y el edil de Turismo, Francisco Montiel, realizaron ayer una visita para conocer estas dos nuevas casas rurales. Les acompañó el presidente de la Asociación de Turismo rural, Lorcarural.com, Sebastián Navarro Soto.
Para Jódar ambos alojamientos se encuentran «en unos espacios rurales en estado puro, lo que permite el descaso y relax en uno de los entornos más privilegiados de Lorca, en plena naturaleza, así como la práctica de ciertas actividades deportivas».
En referencia a los apoyos que se hacen desde el Ayuntamiento para potenciar el trismo rural, Jódar destacó esta faceta de los alojamientos aportando los datos de que, en este momento las casas rurales en funcionamiento ofertan 139 plazas, un camping con 135, un establecimiento de apartamentos turísticos con 50 plazas y las 177 plazas de los tres albergues municipales, con lo que sumamos 500 plazas.
«Desde nuestra posición lo que hacemos es intentar ayudar a todas las iniciativas privadas que ponen en marcha establecimientos de gran calidad, situados en los más variados paisajes del municipio, facilitando el asesoramiento a la hora de iniciar los trámites», agregó Jódar.
El edil de Turismo, por su parte, insistió en que el Ayuntamiento «consciente de la importancia del espacio rural viene apoyando y potenciado este desarrollo, apostando por su promoción y comunicación a través de eventos especializados en turismo rural, así como asesorando a todos los interesados en contribuir a ampliar y fortalecer la oferta de turismo rural en el municipio».
Montiel agregó que oras acciones que se llevan a cabo para apoyar el fomento del desarrollo rural en Lorca es el apoyo logístico en asistencia a ferias de turismo, elaboración de un material informativo específico de la oferta rural y realización de reportajes e inserciones publicitarias en prensa especializada.
Montiel señaló que desde su concejalía, además de la tarea de asesoramiento a los promotores que desean poner en marcha una casa rural, se lleva a cabo una labor de intermediación con la sociedad Integral que es el nombre del grupo de acción local que actúa en la zona norte de Lorca y a quien la iniciativa comunitaria Leader plus designa para la distribución de los fondos comunitarios.
Aunque en esta ocasión erna lñas casa rurales las que protagonizaban la jornada, tanto el clalde como el concejal de Turismo, hicieron también referencia a los albergues municipales que igualmente atraen a un tipo de turismo, en este caso de jóvenes, que crece año a año, y de una manera muy especial en el caso del albergue de Puntas de Calnegre por su situación junto al mar.



El turismo rural se está consolidando en España, como demuestra la EOTR (Encuesta Oficial sobre Turismo Rural, ver sección 'información/estadísticas'). Según los datos existentes hasta julio de 2002, existían 6.265 alojamientos en todo el país que daban trabajo a unas 10.350 personas. Esto, respecto al año anterior, supone un incremento interanual del 15,87% en el número de alojamientos.

No obstante, antes de abrir un negocio de turismo rural, cabe plantearse una serie de cuestiones. En primer lugar está la fuerte inversión en la rehabilitación (o/y adquisición) de la estancia. Y en segundo lugar, la alta estacionalidad, que provoca que la ocupación no sea constante, sino que se concentre, sobre todo, en periodos vacacionales cortos (Semana Santa, Navidad...) y puentes.

Además hay que tener en cuenta que no cualquier vivienda rural servirá. Junto a los requisitos exigidos por la normativa propia de cada Comunidad Autónoma, a los que nos referiremos más adelante, están las condiciones del entorno donde se sitúa. La cercanía de parques naturales, estaciones invernales, zonas de costa y lugares de interés cultural, o la facilidad para la práctica de actividades de turismo activo complementarias a la estancia, pueden ayudar a conseguir una ocupación más constante durante el año y son decisivas para la rentabilidad del alojamiento.

También será importante para mejorar dicha rentabilidad, ofrecer un alojamiento de calidad y realizar una adecuada promoción. Esta pasa por la adhesión a asociaciones y centrales de reservas de la zona que faciliten la difusión de las casas que agrupan (incluyendo la representación en ferias del sector), y la presencia en guías especializadas. No hay que olvidar el "boca a boca", importante en una buena promoción, y en el que influirá grandemente la apuesta por la calidad antes mencionada.

La rentabilidad al año se sitúa, según varios expertos, entre un 8% y un 10% de la inversión, siendo posible recuperarla en unos 10 años. Alrededor de unas 90 pernoctaciones al año por cama podría considerarse un rendimiento bueno. Estas condiciones hacen que la opinión generalizada sea entender este negocio más como un complemento a otra actividad, como unos "ingresos extra", que como una actividad de dedicación exclusiva.

Hay que mencionar también la importancia de integrar el proyecto en la comunidad que lo va a acoger. Según ciertos expertos, sería muy recomendable vincularlo a intereses propios de la localidad donde se instale y que la población local se vea beneficiada, pues de lo contrario generará un rechazo que no ayudará al negocio.

Los trámites. Cada Comunidad Autónoma establece unos requisitos y exigencias. Estos van desde darse de alta como empresa turística en la Consejería de Turismo competente, a la presentación de avales y proyectos, pasando por el cumplimiento de las condiciones que se exijan al alojamiento y que son certificadas por un inspector. Para informarse, es recomendable acudir a la delegación provincial de la Consejería de Turismo de la Comunidad correspondiente (ver sección 'información/legislación' para direcciones en Internet), donde también nos informarán de las ayudas existentes. Entre los requisitos más comunes que se exijen a los alojamientos (si bien son muy heterogéneos y pueden variar bastante de una a otra Comunidad) están:

- Arquitectura tradicional y antigüedad mínima.
- Para alquiler completo, capacidad máxima de 12 a 15 plazas, y, en muchas comunidades, mínima de 4.
- Disponer de agua potable corriente y electricidad, así cómo de calefacción en todas las estancias.
- Superficie mínima de unos 12 m2 para habitaciones dobles y entre 6 y 9 para sencillas.
- Se fijan límites de camas supletorias según superficie y una altura mínima de techos (incluídas buhardillas).
- Al menos un cuarto de baño completo con agua caliente y fría por cada 4 ó 6 plazas.
- Ventilación directa al exterior en las habitaciones.
- Certificación de la adecuada eliminación de aguas residuales y recogida de basuras.
- Existencia de teléfono, extintor y botiquín.
- Mobiliario suficiente y en buen estado de uso y consevación y cocina completa.
- Se suele exigir servicio de desayuno y limpieza.
- Libro registro de entradas y salidas de huéspedes, y entrega de justificante de pago a los mismos.
- En determinadas comunidades se exige que el propietario esté empadronado en el municipio donde se encuentra el alojamiento.

Tanto Comunidades, como Comarcas y Ayuntamientos ofrecen ayudas para financiar los proyectos de turismo rural, por ser estos una buena forma de revitalizar zonas de otro modo deprimidas, contribuir a recuperar el patrimonio histórico y favorecer la creación de servicios en esas áreas. Estas subvenciones proceden, en buena parte, de fondos comunitarios, como por ejemplo los programas PRODER y LEADER Plus, que facilitan entre el 20 y el 60% de la inversión. Para obtenerlas, y de cara a evitar la picaresca existente, se establecen estrictos requisitos que hacen que, en algunos casos, sean difíciles de conseguir. Junto a la abundante documentación a presentar, se puede exigir, por ejemplo, una antigüedad mínima en funcionamiento de 2 años para el pago de la subvención, o el compromiso de mantener la actividad durante un periodo de 5 a 10 años.

Por último, no podemos dejar de mencionar uno de los grandes problemas del turismo rural en España, que es la falta de control sobre los alojamientos. Esto provoca la existencia de establecimientos ilegales que no reunen las condiciones exigibles y empeoran la imagen de este tipo de turismo. Es ésta una razón más para la adhesión a asociaciones especializadas en la zona y que, junto a la actividad de las Comunidades Autónomas (mediante placas distintivas y otras certificaciones), contribuyen a garantizar la calidad de los alojamientos.

http://www.casascompletas.com/?gclid=COq89MrIoZ4CFU0A4wodRW8Rlg